5 técnicas para recuperar el control de un grupo de niños

Cómo controlar a una clase con niños rebeldes

Hay ocasiones en las que los niños simplemente se ponen rebeldes, es decir, todo el grupo de niños comienza a gritar, a correr, a alterarse e incluso, si el maestro no sabe controlarlos, a pegarse, tirar cosas y hasta a escaparse de clase. Los siguientes consejos te pueden servir para despertar de esa pesadilla si estás viviendo la desgracia de tener un grupo mal portado.

1. Los gritos solo sirven si no abusas de ellos y ya tienes autoridad

Los gritos son el último recurso que debe usar un maestro y a lo largo de todo el curso debes contarlos como se cuenta a los amigos, es decir, con los dedos de una mano. Por supuesto, si en todo momento puedes evitar gritar, evítalo. Es malo gritar a un grupo porque los gritos demuestran que el maestro carece de la autoridad suficiente para controlar la clase con palabras, es decir, abusar de ellos es una señal de debilidad y los niños se dan cuenta enseguida. Es justificable que un maestro levante la voz únicamente cuando quiere dejar muy claro que un alumno o un grupo ha sobrepasado el límite con su mal comportamiento y solo es efectivo en voz de un maestro que previamente tiene autoridad sobre el grupo. 

2. Juegos para recuperar la atención del grupo

Con los niños muchas veces hay que actuar de manera indirecta, es decir, no hay que decirles lo que quieres que hagan sino manipularlos o manejarlos para que hagan lo que tú deseas sin que ellos se den cuenta. Cuando tu clase pierde la atención y comienza a distraerse recupéralos conun juego como Simon Says o con una canción que todos conozcan. Tienes que aprender a distinguir los momentos en los que el grupo se distrae de aquellos en los que se portan mal, pues si les das algo que les gusta cuando están haciendo algo inapropiado e irrespetuoso estarías premiándolos por hacer algo que ellos saben que no deben hacer.

3. Separa a los niños que se portan mal

Quizá haya momentos en los que toda tu clase se sale de control y no sabes ni por qué ni cuando ocurrió. Eso es porque, como maestro de niños, tienes una doble misión: a la vez que impartes tu materia debes estar controlando que tu clase se comporte. Bien, dentro de todo grupo siempre hay líderes y seguidores, y los primeros son los menos, y, por lo general, como los niños lo que quieren es divertirse, cuando un líder empieza a portarse mal los otros le siguen. Una manera de evitar que un líder del descontrol consiga sus objetivos es separándolo de sus seguidores. Siéntalo apartado de sus amigos y colócalo entre líderes del orden, es decir, niños con carácter que sí quieren aprender. Pon a un líder que quiere jugar a trabajar en conjunto con dos que quieren aprender y dale a la clase una actividad en equipo para que los otros obliguen al mal portado a trabajar.  

4. Dinámicas como “Marco-Polo”

Si lo que quieres es recuperar rápido la atención de la clase y seguir adelante (si los niños están sentados pero distraídos) enséñales previamente a jugar “Marco-Polo” sentados. Consiste en lo siguiente, cuando el maestro grita “Marco”, toda la clase debe gritar “Polo”, pero la palabra “Marco” solo puede decirla el maestro, si un alumno grita “Marco” el resto no debe contestarle. La palabra “Marco” es un reclamo de autoridad y “Polo” es una muestra de seguimiento. Los niños responderán al grito simplemente porque les gusta gritar y sentirse parte de un grupo. Haz “Marco-Polo” cinco veces; la primera con voz muy alta y gradualmente baja la voz hasta que la quinta sea un susurro. Aprovecha ese silencio para continuar con tu clase. Si alguien rompe el silencio míralo fijamente a los ojos con un gesto de desagrado.  

5. Ponerlos a “dormir”

Enseña a tus alumnos que cada vez que dices una palabra concreta, por ejemplo “pillow”, todos tienen que “caer dormidos”. Es decir, tienen que dejar lo que están haciendo, correr a su silla y fingir que duermen, como si hubiesen tenido un ataque de narcolepsia en su pupitre. Una vez que estén “dormidos” camina por toda la clase fingiendo que inspeccionas que están dormidos. Di cosas como “I don’t think Pablito is sleeping” (no creo que Pablito esté durmiendo), entonces acércate mucho a Pablito, como inspeccionando a fondo que duerma. Seguramente intentará aguantarse la risa y algún otro alumno se reirá. Acércate a ese otro alumno para “asegurarte de que está durmiendo”. Luego pídeles que se despierten lentamente y ponlos a hacer una actividad tranquila.